lunes, 25 de junio de 2018



“SOLEDAD”


  • Hay tanta soledad en mí que no he elegido, que al final me atrapo,  se manifiesta de tantas  maneras pero siempre me levantare y seré más fuerte, allá la encontrare en mi camino o en mi muerte pero yo seré valiente…ALM



Caminando por mi vida, he podido conocer a tantas mujeres, muchas de ellas me han contado sus historias de vida, pero extrañamente sobresaltan aquellas de dolor, aquellas donde se han hecho más fuertes, pero que siempre o en la gran mayoría han atravesado en  soledad.
He podido ser testigo de su valentía, de su coraje y determinación para salir de la depresión que las consumía, aquella que llego después de preguntarse, y ahora ¿qué hago sola?
Te hablare querida lectora de la soledad que envuelve y que cargamos como lastre en nuestras vidas, por esta constante auto-esclavización al trabajo, a los prototipos sociales de la mujer perfecta etc. Esta soledad actual que es como una enfermedad en nuestra sociedad de hoy.
Y es que esta soledad es aquella que aparece aún y cuando estamos acompañadas,  con hijos, esposo, novio, trabajo e incluso vida social. Y es que esto nace por esa sobre exigencia que hay en el exterior de tu vida,  cuando te exiges ser la mejor en tu trabajo y lo eres, sigues necesitando más, aquella exultación y reconocimiento de tus logros, cuando nos vestimos en realidad creamos una imagen de nosotras esperando agradar a la vista de los externos, esperando la aceptación en nuestros círculos laborales y sociales, eso es lo de hoy.
Sin embargo nos alejamos de nosotras mismas, de mirar al interior y esto produce ese sentimiento de desánimo, pues allá en la oscuridad de tu habitación, después de un día lleno de demandas sociales, te encontraras ante ti misma sin nadie que aplauda o elogie tu persona, es ahí que la soledad se vuelve insoportable.
Existe también la soledad de las mujeres inteligentes y esta se refiere aquellas mujeres que son líderes, que pertenecen a un circulo donde los hombres llevan la ventaja, en teoría estas mujeres son las más deseadas y populares, sin embargo en la realidad esto no es así ya que los hombres tienden a tener miedo de acercarse por sentirse disminuidos ante estas.
Estos tipos de soledad son tan populares que como te comente en un inicio se han vuelto epidemia, pero hay un tipo de soledad que lastima tanto como ningún otro,  aquel que nace de la insatisfacción social,  aquella que aparece cuando ese ser amado se fue por alguna razón y ya no podrá estar más a tu lado.
Cuando te quedas desarmada ante la vida, sin ese ser que llenaba todo en ti,  sientes como cada hueso de tu cuerpo se quiebra, como el corazón se detiene y las lágrimas no dejan de correr por tus mejillas. Esa soledad que llega cada vez que recuerdas, cada vez que percibes un aroma especial, una imagen que te recuerde algo, el mar a media noche, el susurro del viento, que te cuenta de nostalgias de aquel que se ha marchado.
Esta soledad nos hace tan fuertes, tan inquebrantables, esta soledad es la historia de muchas, de tantas, que han tenido que seguir caminando solo secando sus lágrimas y corrigiendo el rímel.
Somos mujeres llenas de cicatrices que siempre duelen pero que también te impulsan, somos mujeres que hemos amado tanto, hasta con los huesos y la carne, somos mujeres que damos todo por una persona, por los hijos y por nuestra gente.  Sacrificamos cualquier trozo de nuestra vida para ayudar a otros, y siempre volvemos a caminar, a trozos, rotas, pero siempre firmes y dignas.
Mujeres que caminan solas de la mano de tantos, mujeres que se miran al espejo y encuentran que tienen que continuar en la lucha.
A ti mujer valiente donde te encuentres leyendo estas líneas, quiero instigarte a que te encuentres, recuerda quien eres, recuerda a que has venido, mira a tu interior, respira profundo, mira en el espejo a través de los ojos a tu alma que yace pendiente de ti, esperando el momento de resurgir. Convoca a otras mujeres, platica, expresa lo que sientes, escucha a otras mujeres, brinda apoyo y ellas te apoyaran, se sorora con todas las que puedas y sobre todo ama y respeta tu esencia de vida, ama y acepta a la mujer que vive dentro de ti, te aseguro que si te encuentras, te aceptas y te nombras como mujer divina y sagrada la soledad ya se habrá ido.
Nos vemos la próxima.

Escrito por: Adriana López Marañon
Autor: Adriana López Marañon

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