viernes, 15 de junio de 2018

COLUMNA


MUJER CICLICA


Soy Mujer cíclica, soy Mujer de la Tierra, mi linaje me acompaña,
Soy la transformadora y he venido a compartir mi energía femenina, para la liberación de una sociedad que agoniza…ALM

Desde hace ya numerosas décadas nos encontramos viviendo y naciendo en una sociedad la cual a través de su régimen opresor machista nos mantiene controladas, dormidas y sumisas ante una inmensa ola de tortura física, mental y emocional.
Como Mujeres nos dividen, nos enseñan a competir entre nosotras mismas, nos repiten ese legendario dicho de “entre más calladita más bonita”, e incluso nos muestran a través de la avasalladora fuente de mercadotecnia como deberíamos ser, como debemos  vestir,  sentir y  amar.
Todo eso nos ha ido alejando de nuestros ciclos, al grado de vivir creyendo que estos no nos afectan, que no tienen relevancia en nuestra vida y que nuestro poder a quedado atrás solo como un suspiro en una historia que poco a poco se convierte en mito. Un hecho que la sociedad actual piensa que no nunca existió.
Recuerdo a las brujas de Salem, a las brujas de Tlaxcala, a las gitanas de Andalucía, a las Curanderas, a María Sabina, a la Abuela Juana, que por mostrar a su nahual la apedreaban, la golpeaban, recuerdo con amor a la Abuela José, aquella que con sus manos sanaba los huesos de quien ya ni caminar podía; aquellas, todas que creyeron en sí mismas, en su poder y sus fases cíclicas aunque esto les dejara consecuencias dolorosas.
Cuando nos damos cuenta de que nuestros ciclos están conectados, con la tierra y con la luna, podemos entender que somos portadoras del poder sagrado para conectar con el universo.
El redescubrirte, el activar esa espiritualidad femenina es la pieza clave para tu éxito en todos los sectores de tu vida, esto, fortalecerá  tu identidad y así miraras como inicia la trasformación total de tu entorno.
Las disciplinas como la antropología y la arqueología han dejado demostrado que a lo largo de la historia la humanidad casi en su totalidad a florecido en una forma matrilineal, honrando a lo sagrado femenino.
Para equilibrar nuestro forma cíclica es importarte reconocerte, reconocer a las mujeres de tu vida, y caminar en unidad, sanando tus relaciones, formando un mágico telar femenino que cubra los entornos hasta llegar al universo mismo.
En ti yace la sabiduría femenina interna, la que te conecta con el todo, tu mujer que vive la fase de la Mujer sabia de la Mujer adulta, aquella que ya paso por la etapa de la menopausia; es tu responsabilidad heredar esta sabiduría interna a las que vienen creciendo, tu eres guía; no solo eres una abuela que cuide nietos, que limpie su casa, que pase su vida esperando a su marido después del trabajo, este mensaje es para ti, ¡DESPIERTA! Eres sagrada y eres única.
Para ti mujer joven reconócete, reconoce tus ciclos, hazte una con las fases de la luna, de la tierra, olvídate del consumismo, cierra tu ojos, mira hacia dentro, autonómbrate. Tú, eres Sagrada, abraza tus dones y esparce tu energía femenina.
A ti que eres madre, enseña a tus hijas a amar la tierra, amar su cuerpo, comparte la palabra de tus abuelas con ellas, enseña que los ciclos y su fase de mujeres fecundas no es mala, no es sucia, no es para esconderse. Enséñales el poder de su energía femenina, ayúdalas a despertar, a sanar y transformar su entorno.
Las Mujeres somos cíclicas y como cíclicas regresamos a la tierra, despierta mujer que la vida es ahora, ya no tenemos tiempo, nos están matando, nos están violando por todo el mundo, no seas ajena a este dolor femenino, conéctate con el todo, pero principalmente, conéctate contigo misma.
Es nuestra responsabilidad, a ti que eres madre de un varón, enséñale su conexión con lo femenino, muéstrale cómo actuar desde el amor, con respeto a lo sagrado, a la Mujer, a su esencia, guíalo en su conexión con el universo y su energía masculina, que ellos sanen también.
Porque somos las portadoras, somos las que vamos caminando, somos las que ya hemos despertado y estamos aquí para permanecer transformado nuestro entorno, nuestro centro, nuestros espacios, en la casa, en la oficina, en la política, en las calles, con nuestros niños, con nuestras abuelas.  Nos vemos la próxima…

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